Y al mediodía, la salida habitual con Maestro, Mulay, Maraton Man y La Cobra. Hemos hecho la "Matamachos" en sentido normal (hacía mucho tiempo que el grupo no la hacía). Maestro ha llegado a su cima en 17' y yo 5" después.
Ya de vuelta hemos bajado por la T1. Aquí los mas osados se lanzan a tumba abierta y me han sacado una buena ventaja.
Como íbamos bien de tiempo, tiramos por las barbacoas. Una vez rebasadas, los cuchillos salen a relucir. Maestro y Mulay comienzan a tirar y yo intento que no se me vayan. Por detrás Maraton Man se hace el contemplativo y sigue a su ritmo, mientras La Cobra le vigila de cerca esperando el "momento colmillazo".
En la penúltima subida Maestro se destaca, Mulay cede y yo intento no despegarme demasiado de Maestro. Parece que lo consigo, doblamos la última curva apretando a tope (yo al menos) y encaramos la rampa final. Me sigue sacando 5 metros pero, de repente, mete un acelerón que me devuelve a la cruda realidad. Maestro es mucho maestro... ¡A quién se le ocurre atacarle!
Como dice mi hija: "¿ES QUE NO TIENES CELEBRO?" Bueno, no me lo dice a mí... Bueno, a veces sí... Pero muy pocas veces, eh...
Resumiento que he pagado caro mi atrevimiento. Pero volvamos con el resto de la troupe. Mulay acaba detrás nuestro y más atrás...Maraton Man no se fía de La Cobra y encara las últimas subidas apretando el ritmo para no darle opción. Sin embargo, La Cobra ha estudiado al rival y ha reservado fuerzas para poder atacar en el momento preciso. Consigue mantener el ritmo de Maraton Man y superarlo en la última rampa. Maraton Man sólo puede maldecirlo mientras lo ve alejarse...
¡Qué dura es la vida del atleta!
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