martes, 23 de marzo de 2010

BTT / 23-03-10 / Las mañanitas del Rey David

"Estas son las mañanitas que cantaba el Rey David..." Así decía la canción. Pero a nosotros, los del Never, nos gustan otro tipo de "mañanitas" y tenemos otro rey, que no es otro que Blues Brother (rey de la BTT y de las trialeras).

Y nuestra canción tiene varias versiones:
- "Canción triste de Hill Street" (que es la que entona La Cobra cuando tiene que subir un rampote).
- "Volando voy" (cuando el mismo intérprete emprende la bajada como alma que lleva al diablo).
- "Born to be wild" (Blues Brother bajando una trialera cagando fuego por la rueda trasera).
- "Pavo real (de José Luis Rodríguez "El Puma")" que es la canción más de moda en nuestro curro y la que más le pone a Maraton Man.
- "Super, Supermen (de Miguelito Bosé)" que es la que canto yo cuando consigo bajar una trialerilla de globero sin dejarme los piños en el intento.

Bueno, a lo que vamos, que hoy es martes y los martes los del Never salimos en BTT. Así que vamos al lío.

Salimos un poco más tarde de las 7 h (no hay manera de salir puntuales) y emprendemos la subida por la cementera para subir el altiplano y repetir itinerario del jueves pasado.

Las brigadas de limpieza han ido trabajando y, poco a poco, los árboles caídos van desapareciendo del camino. Hay algunos tramos con barro pero se puede pasar sin problemas.

Llegamos a la carretera (La Cobra ha cogido uno de sus atajos secretos) y seguimos dirección a la cima del "Infierno". Sin embargo Blues Brother, que no para de innovar, nos convence para probar un nuevo camino que baja en la dirección que nos conviene. Le hacemos caso y nos lanzamos cuesta abajo a la velocidad del viento. Ha sido una buena idea pues ya tenemos otra variante de ruta. Al final vamos a parar a la casita de la Heidi.


Blues Brother dominando el terreno


Maraton Man, La Cobra y yo


Paso por la casita de la Heidi

Volviendo para La Mola, Blues Brother asciende una trialera y tras culminarla, se lanza al descenso demostrando su control de la bici. Los demás lo intentamos pero nos quedamos en la cima con cara de ganso sin atrevernos a bajarla. Yo dudo, y después de varios consejos y una nueva demostración de Blues Brother, decido arriesgarme y lanzarme cuesta abajo, eso sí, con más miedo que once viejas.

Inicio el descenso y las suspensiones hacen su trabajo de maravilla. La Lapierre se desliza trialera abajo llegando a la base como un "pofesional". ¡Esto mola! Lo siento por Maraton Man y La Cobra que ya se habían repartido mis pertenencias como herencia en caso de fracaso.

Seguimos ruta y Maraton Man y La Cobra tiran por lo recto. Blues Brother y yo hacemos un bucle por el bosquecillo y acabamos subiendo La Mola.

Fin de ruta con unos aparentemente tristes 16 kms que, por el contrario, han tenido un poco de todo y, sobre todo, un mucho de diversión.

¡Vivan las mañanitas!

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